Gerontocracia a la italiana
Gianfranco Pasquino firma en Clarín un artículo sobre la importancia de la edad de los mandatarios. El politólogo italiano contrasta la juventud del nuevo presidente de EEUU con la vejez de la dirigencia italiana y efectúa algunas consideraciones acerca de los tipos de comunidad política que estas diferencias implican. El tema nos pareció interesante porque ya nos hemos referido a las tendencias gerontocráticas de las democracias modernas.
Pasquino parece tan fascinado por el fenómeno Obama que se despacha en afirmaciones que me parecen muy cuestionables. Sostiene por ejemplo que «es un error pensar que [Obama] tuvo oposición por el color de su piel». La fuerte correlación negativa que se observa entre voto a Obama y población no negra en las primarias de una veintena de Estados debe haber sido mera coincidencia, lo mismo que la intensa correlación entre ese fenómeno y los resultados de encuestas en boca de urna.
Según Pasquino, la sociedad estadounidense es un ejemplo de renovación y rejuvenecimiento de sus dirigentes, «desde John Kennedy a Bill Clinton», y ahora Obama. En contraste, el sistema político italiano «ahonda su decadencia», sin signos de renovación ni rejuvenecimiento.
El registro de los últimos 60 años no parece apoyar las quejas de Pasquino. Giovanni Goria fue primer ministro de Italia a los 44 años, en tanto Amintore Fanfani inició su primer mandato a los 46 y Aldo Moro lo hizo a los 47. Bettino Craxi tenía menos de 50 años al jurar, igual que Massimo D’Alema.
Una comparación con EEUU tampoco parece ser concluyente. De los 11 presidentes desde Truman hasta Bush (h), solamente 2 (18%) no superaban los 50 años de edad al asumir por primera vez. La proporción de jefes de gobierno italianos en la misma condición desde la proclamación de la República en 1946 ha sido mayor: 6 de 23 (26%).
Por otro lado, el promedio de edad al asumir la presidencia estadounidense en este período es superior al de la jefatura de ministros italiana: 58 contra 56. La edad de los presidentes en Italia decididamente es muy superior, con un promedio de casi 70 años, pero su método de selección y funciones en un régimen parlamentario hacen difícil incluirlos en una comparación significativa.
Más difícil resulta polemizar con Pasquino respecto a la edad que tendrán los próximos altos mandatarios italianos. Sabemos sin embargo que la distribución de las edades de los altos mandatarios sigue una forma normal, de manera que a partir de la media y el desvío estándar de la muestra existente es posible en teoría estimar la probabilidad que la edad de un mandatario al asumir sea superior o inferior a una determinada.
La tabla siguiente muestra la media de edad de primera asunción para los presidentes de EEUU desde George Washington y los jefes de gobierno desde la unificación italiana, sus desvíos, los límites superior e inferior de un intervalo de 90% y la probabilidad acumulada de ocurrencia de edades de hasta 50 años.
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Elaboración propia sobre datos de Rulers. |
Para estos períodos, la media de edad al asumir por primera vez en Italia es superior: 57 contra 55. La variación italiana es mayor, de manera que es más amplio el rango del intervalo: mientras en EEUU el 90% de los jefes de gobierno asume con entre 45 y 66 años, en Italia lo hacen con entre 43 y 72.
El intervalo para EEUU pone en perspectiva el triunfo de Obama sobre McCain. Los 72 años de edad del candidato republicano están muy lejos del límite superior del intervalo de 90%, e incluso exceden un intervalo de 99%, en tanto los 47 del demócrata se sitúan cómodamente dentro.
Lo que nos interesa, de todas maneras, es la proporción que corresponde a la probabilidad teórica que un mandatario asuma con hasta 50 años de edad en EEUU e Italia, la que es prácticamente igual para ambos países: alrededor de 20%. Es decir, que dada la distribución normal, sobre la base de las muestras disponibles para cada asociación política, no hay evidencia estadística para esperar que una tendrá más mandatarios asumiendo por primera vez con hasta 50 años de edad que la otra.
Igual, no nos queda muy claro, fuera de algunas alusiones genéricas a la competitividad y la diferenciación, por qué para Pasquino sería deseable tener personas jóvenes al frente del Estado italiano. Postular la juventud por la juventud misma no parece tener mucho sentido. Al fin y al cabo, el jefe de gobierno más joven de la Italia moderna no fue otro que Benito Mussolini.
Descargue el dataset.
Publicado: martes 17 de febrero de 2009 a las 9:25 pm
Mundo, Opinión.
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