Breve historia de la modernidad
Iniciamos con esta entrada nuestro estudio (más o menos) sistemático de la cronología de mandatarios y gobernantes del mundo.
Si bien la visión que ofrece tal vez sea demasiado macro, creo que es interesante enfocar la línea del tiempo en relación al número de cambios de mandatarios, para luego poner la lupa sobre aquellos períodos que muestran las mayores incidencias.
El siguiente gráfico muestra la frecuencia de cambios de mandatarios superiores (reyes, presidentes, primer ministros, virreyes, etc.) de cuatro continentes entre 1700 y 2000. Este agrupamiento de base geográfica cubre a todas las entidades políticas que existen o existieron dentro de territorios que corresponden en la actualidad a Estados nacionales, excluyendo sus actuales territorios de ultramar y aquellos en disputa.
Elaboración propia en base a Rulers. |
La línea de tiempo puede verse en base quinquenal o anual con otro click en las etiquetas. En base quinquenal, cada valor corresponde al año de inicio y a los cuatro siguientes. Los valores para 1700 corresponden al quinquenio 1700-1704, aquellos para 1705 a 1705-1709 y así sucesivamente.
Debe notarse que son frecuencias brutas. Esto implica que no sólo inciden en ellas el número de territorios y entidades en cada continente sino también el diferente conteo de mandatarios según la entidad política. Por ejemplo, casi todos los países europeos registran ejecutivos duales -jefes de Estado y jefes de gobierno-, lo que lleva a un doble conteo. En América tal separación es menos común, de modo que el conteo no es igual. Más adelante veremos cómo «normalizar» estos valores a fines de una comparación más precisa.
Ante todo, se observa que en los últimos tres siglos el número de cambios de personal en la conducción del Estado despliega una tendencia claramente ascendente. Sea por recambio institucional, revoluciones, golpes de Estado, invasiones o guerras internacionales o internas, el reemplazo de quienes mandan es un hecho cada vez más frecuente en el mundo moderno.
Comparando las líneas de los continentes entre sí, mientras en Africa y Asia el ritmo de los cambios va in crecendo hasta llegar a un clímax bien entrado el siglo XX, en América el ritmo parece estabilizarse a mediados del siglo XIX y seguir un patrón de «serrucho» desde entonces. Por su parte, la línea europea es la más irregular, con altibajos muy fuertes combinando períodos de muchos reemplazos con lapsos de poca incidencia.
Los decenios de mayor cantidad de cambios en Europa han sido 1790-1799, 1915-1924, 1940-1949 y 1990-1999. No es sorpresa que los puntos más altos de estos períodos coincidan con la revolución en Francia, el final de las dos guerras mundiales y la disolución de la Unión Soviética.
La mayor parte de los cambios de la última década del siglo XVIII en el Viejo Continente sucedieron en Francia y Países Bajos, sobre todo en 1794-1795. El mayor pico del siglo XIX corresponde a los eventos de 1848 y abarca casi todo el continente. El máximo de los tres últimos siglos fue después de la Primera Guerra en 1918-1919 y abarcó principalmente Alemania y las naciones de los Imperios Austro-Húngaro y Ruso. También fue al finalizar la Segunda Guerra en 1945 que hubo numerosos reemplazos, esta vez abarcando tanto Este como Oeste. Finalmente, en 1991-1992 se registra el último gran pico, simultáneo al desmembramiento del Estado soviético.
Dada la estructura de poder mundial en el período considerado, algunas de las variaciones más pronunciadas en los demás continentes pueden entenderse en cierta medida en relación con estas coyunturas críticas.
Las variaciones en Asia tienen un patrón parecido al europeo: picos en 1920-1921, también en 1945 y 1992-1993. Estos valores extremos coinciden con el auge de los señores de la guerra en China y el colapso de los Imperios Otomano y Ruso luego de la Primera Guerra, la derrota del Imperio japonés en la Segunda Guerra y finalmente la independencia de las repúblicas socialistas asiáticas.
En América, el ritmo de los cambios aumenta a partir de 1810, en plena ocupación de España por la Francia napoleónica. Los mayores picos se registran entre 1820 y 1850, durante las guerras civiles que siguieron a las de independencia en Hispanoamérica. En el siglo XX, el Nuevo Mundo acompaña más el pico de la Segunda Guerra que de la Primera, siendo más notorio el impacto de la crisis de 1930 y también se nota un período de gran incidencia entre 1955 y 1964 en Centro y Sudamérica.
El pico más pronunciado de Africa corresponde justamente a 1955-1964, coincidente con procesos de independencia sobre todo del control francés y belga a partir de 1960. En 1990-1999 se verifica otro pico alimentado por eventos de desorden interno en Rwanda, Burundi, Congo, Liberia, Sierra Leona y otros.
En próximas entradas exploraremos con más detalle las líneas de tiempo, agrupando regionalmente, por forma de gobierno y régimen político y también le echaremos un vistazo a los mandatarios individuales, cargos y duración.
Publicado: jueves 1 de mayo de 2008 a las 12:54 pm
Mundo.
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Capo laboro! Esa curva en ascenso exponencial, cayendo luego en dientes de sierra tras la Primera Guerra…
viernes 2 de mayo de 2008 a las 5:56 pm